¿Cuál es la diferencia entre un psicólogo, un psiquiatra, un psicoterapeuta y un psicoanalista?
Psicólogo: El título de psicólogo denota una formación académica avanzada (5 años de estudios universitarios) y una acreditación legal protegida por las leyes n°85-772 del 25 de julio de 1985 y n°2002-303 del 4 de marzo de 2002. Estas leyes exigen que los psicólogos se registren en el registro ADELI, ahora llamado RPPS, gestionado por la Agencia Regional de Salud (ARS). Esta inscripción permite el ejercicio profesional del título, sin importar el tipo de práctica. Para convertirse en psicólogo, es necesario completar 5 años de estudios universitarios, que combinan conocimientos teóricos y prácticas mediante pasantías. El psicólogo se especializa en el funcionamiento psicológico y trabaja con personas que padecen trastornos psíquicos o emocionales. A diferencia de un psiquiatra, el psicólogo no es médico y no puede prescribir medicamentos. Debe seguir un código deontológico estricto que asegura el respeto del secreto profesional y de los derechos de las personas, garantizando así una práctica ética y libre de abusos.
Psicoterapeuta: Desde 2010, el uso del título de psicoterapeuta está estrictamente regulado en Francia. Solo las personas que han obtenido una autorización específica de la Agencia Regional de Salud (ARS), que certifica sus calificaciones adecuadas, pueden ejercer como psicoterapeutas. Aunque psicólogos y psiquiatras también pueden realizar psicoterapias, el título de psicoterapeuta puede ser ostentado por profesionales que no sean ni psicólogos ni médicos. Los psicoterapeutas están formados en diversas metodologías de apoyo y asesoramiento, adaptadas a sus especialidades.
Psiquiatra: Un psiquiatra es un médico especializado en el tratamiento de trastornos mentales. Su título está protegido por la legislación y está regido por un código deontológico médico. Las consultas con un psiquiatra están cubiertas por la Seguridad Social. Este profesional está autorizado a prescribir medicamentos, como antidepresivos, ansiolíticos, reguladores del ánimo y neurolépticos, para tratar afecciones psiquiátricas como trastornos del ánimo, psicosis y trastornos de ansiedad severos. También puede realizar psicoterapias además del tratamiento con medicamentos.
Psicoanalista: Un psicoanalista es un profesional especializado que se centra en la exploración del inconsciente. Esta disciplina se basa en las teorías desarrolladas por Sigmund Freud y sus sucesores. Para ejercer, se requiere una formación rigurosa que incluye estudios profundos sobre los principios psicoanalíticos y un análisis personal prolongado, a menudo de varios años. Este análisis personal permite al psicoanalista comprender mejor las dinámicas inconscientes en juego y ofrecer un marco auténtico para ayudar a sus pacientes a explorar sus propios procesos mentales inconscientes. La psicoanálisis se enfoca en la comprensión de los conflictos internos, los mecanismos de defensa y las influencias del inconsciente sobre el comportamiento y las relaciones.
¿Y si no me siento a gusto o comprendido/a?
Es posible que, a pesar de mi buena voluntad, sientas que algo no encaja. A veces, una palabra o una frase pueden no resonar como esperabas. Es importante hablar sobre esto. La relación terapéutica se basa en el intercambio y la autenticidad. A veces, ese sentimiento puede reflejar lo que experimentas fuera de la terapia, en tus otras relaciones, y es una oportunidad para explorarlo juntos. Nada en terapia es fijo; todo se trabaja y se ajusta.
¿Debo preparar algo antes de cada sesión?
Si sientes la necesidad de anotar algunas ideas o preguntas, hazlo. Pero si no lo haces, también está bien; lo esencial es lo que sucede durante la sesión. A veces, los descubrimientos más valiosos surgen de lo inesperado.
¿Cómo es la primera sesión?
La primera sesión es como abrir una puerta a un espacio aún desconocido. Si no sabes por dónde empezar, no te preocupes. Puedes hablar sobre lo que te llevó a buscar ayuda. Estaré aquí para guiarte, incluso si al principio te faltan las palabras. Lo importante es dar ese primer paso con confianza.
¿Con qué frecuencia debo asistir y cuánto tiempo durará la terapia?
No hay una fórmula predefinida para esto. La frecuencia depende de tus necesidades, de tu ritmo y de lo que estés atravesando. Podemos vernos cada semana, una vez al mes, o cuando lo necesites. Lo más importante es que tenga sentido para ti. La terapia puede durar desde unas pocas sesiones hasta varios años. No es una carrera, sino un camino que decides recorrer juntos, a tu ritmo.
¿Qué puedo esperar de este proceso?
La terapia es un espacio donde puedes expresar lo que te preocupa y explorar tus pensamientos y emociones sin juicio. Estoy aquí para acompañarte, pero es un trabajo que se realiza en conjunto. No existe una fórmula mágica, pero juntos construiremos un cambio paso a paso que te permitirá sentirte más en sintonía contigo mismo/a.
¿Debo contar todo durante las sesiones?
Eres el capitán de este viaje interior. No estás obligado/a a revelar todo. Puedes compartir lo que desees, a tu propio ritmo. Estoy aquí para acompañarte, no para juzgarte. A veces, podré señalar incoherencias o contradicciones, pero siempre con el objetivo de ayudarte a comprender y avanzar, nunca para criticarte.
¿Por qué a veces es tan difícil?
Abrir tu corazón y tus pensamientos a alguien que aún no conoces bien es un acto de valentía. Es completamente normal sentir incomodidad, especialmente cuando se trata de emociones profundas. Ten en cuenta que esta incomodidad no es sinónimo de sufrimiento, sino simplemente una señal de que estás atravesando algo importante. Y forma parte del proceso.