Ser adolescente a menudo significa encontrarse entre dos mundos: el de la infancia y el de la adultez. Este tránsito puede resultar incómodo, y venir a verme puede ser una forma de explorar lo que sientes. No es necesario tener problemas graves para consultar; puede que solo quieras hablar de tus pensamientos, hacer preguntas, o encontrar un espacio donde te sientas escuchado sin juicio.
Puedes hablar de cualquier cosa o simplemente de nada en particular. Puedes cuestionarte sobre los demás, sobre el mundo o sobre ti mismo, expresarte libremente, o simplemente tomarte el tiempo para observar y reflexionar. No hay presión para revelar todo.
Los cambios físicos, emocionales y relacionales son desafíos comunes durante esta etapa, y a veces solo necesitas apoyo para atravesarlos.
Aquí hay algunas razones por las que otros jóvenes han decidido venir a verme:
Sentirse diferente de los demás, sin compartir los mismos intereses o preocupaciones.
Sentirse incomprendido o extremadamente solo.
Experimentar una falta de motivación o ansiedades persistentes.
Tener una mala imagen de uno mismo o sentirse perdido en cuanto a sus pasiones y objetivos.
Involucrarse en comportamientos de riesgo o tener tendencias autodestructivas.
Sentirse abrumado por emociones intensas o aislarse de los demás.
Ver una caída en los resultados escolares y perder el interés en estudiar.
Consumir sustancias o pasar mucho tiempo frente a pantallas, sin poder controlar este comportamiento.
Y muchas otras razones más...