“El conocimiento progresa integrando en sí mismo la incertidumbre, no exorcizándola.”
E. Morin
Principios
La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) pertenece al enfoque de las terapias breves y se basa en la idea de que no son las emociones negativas en sí mismas las que constituyen el problema, sino nuestra forma de percibirlas y de reaccionar ante ellas. En la vida, es natural experimentar emociones desagradables como el estrés, la tristeza o la ansiedad. Lo que hace que estas emociones sean aún más difíciles de manejar es a menudo nuestro rechazo a aceptarlas, como si siempre debiéramos ser felices y estar plenos, sin nunca sentir incomodidad.
Esta búsqueda constante del bienestar, intensificada por las expectativas sociales, puede generar una doble carga: no solo enfrentas las dificultades de la vida, sino que además te culpas por las emociones negativas que estas provocan. Esta resistencia crea un círculo vicioso, en el que el rechazo a las emociones dolorosas acaba intensificándolas y prolongando el sufrimiento.
La idea central de la ACT es que el problema no radica en experimentar emociones desagradables, sino en no querer aceptarlas. Rechazar el malestar es rechazar una parte importante de la vida, y esto puede llevar a comportamientos de evitación que, a corto plazo, parecen aliviar, pero que a largo plazo limitan nuestra libertad y nuestro crecimiento personal.
Objetivos
El objetivo de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) es ayudarte a recuperar flexibilidad y movimiento en tu vida enfrentándote, poco a poco, a lo que buscas evitar. Este proceso se basa en tus propias fortalezas y en una conexión más profunda con tus valores fundamentales. Aquí están algunos puntos clave del trabajo en ACT:
Exposición gradual a las emociones evitadas: Se trata de aprender a enfrentar, paso a paso, las situaciones que tiendes a eludir, apoyándote en tus recursos y en las experiencias de vida que tuviste antes de que surgieran las dificultades.
Coherencia con tus valores: Uno de los principios de la ACT es alinear tus acciones con tus valores más profundos, para que puedas actuar de acuerdo con lo que realmente es importante para ti, incluso si esto conlleva emociones incómodas.
Aceptar la incomodidad del cambio: Tanto en los pequeños como en los grandes cambios de la vida (mudanza, cambio de trabajo, conflictos relacionales, aprendizaje de nuevas habilidades), la ACT te enseña a aceptar las emociones que acompañan estas experiencias, en lugar de evitarlas.
Por ejemplo:
-Aceptar el estrés asociado con un cambio de vida.
-Acoger el miedo a lo desconocido durante un viaje o una nueva experiencia.
-Permitirte sentir tristeza tras una separación.
-Reconocer la frustración o la ira relacionadas con conflictos.
En lugar de intentar eliminar estas emociones, la ACT te invita a verlas como compañeros inevitables en el camino hacia una vida más rica y significativa.
Técnicas
Concretamente, la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) emplea varias estrategias para facilitar esta aceptación y cambio de perspectiva:
Desfusión cognitiva: Tomar distancia de tus pensamientos automáticos y negativos para evitar que dirijan tus acciones.
Vivir el momento presente: Cultivar una atención plena al aquí y ahora, sin dejarse dominar por el pasado o por la anticipación del futuro.
Establecimiento de un “yo observador”: Desarrollar un espacio seguro dentro de ti, un anclaje que te permita enfrentar experiencias difíciles con mayor calma y perspectiva.
Exploración de valores: Identificar lo que realmente importa para ti, para guiar tus acciones y decisiones con coherencia.
Indicaciones
La ACT es especialmente eficaz en diversas situaciones, tales como:
Sentir una pérdida de libertad en tu vida diaria (reducción de actividades, menos salidas, menos encuentros).
Renunciar a cosas que antes eran importantes para ti, por miedo al malestar o al rechazo.
Enfrentar una disminución en tu autoestima y confianza en ti mismo.
Sentirse abrumado por emociones que te impiden avanzar en la vida.
La ACT te ayuda a retomar el control de tu vida, no eliminando las dificultades, sino aprendiendo a vivir plenamente con ellas, en sintonía con lo que realmente es importante para ti.